Las despedidas son tristes. No hay otra manera de describirlas. No son dramáticas, pero despierta la nostalgia que no es sino la consciencia de que algo empieza a ser un recuerdo.
Muchas veces son el prólogo de algo bueno. Es más, los cambios que no queman las naves al partir son comienzos de capítulos, avances después de un punto de giro que conducen hacia adelantes. Pero las despedidas son tristes y hoy estamos aquí diciendo adiós a Óscar Vergara, nuestro mariscal. Óscar se va a ocupar mando en Viguetas Navarras.
El lugar que deja Óscar no va a ser ocupado por nadie. Esa máxima de todos somos prescindibles o sustituibles es mentira. Por supuesto que hace ya un mes se incorporó al equipo una arquitecto solvente, Eli, y no se ha hecho vacío, pero Eli ocupa su lugar, el suyo propio, y el sitio de Óscar pasará a ser patrimonio pasivo de FS.
Óscar, te vamos a echar mucho de menos.
Gracias por ser parte de nuestra historia.